Sin duda alguna la pandemia que nos llevó a prácticamente todos en todo el mundo a estar encerrados, aislados, cuidándonos y temiendo por nuestra salud y la de los nuestros, trajo también innumerables enseñanzas.

En lo que toca a los que vivimos en otros países, finalmente pudimos decir en más de una ocasión “para que veas lo que se siente”.

En todo este tiempo se han atravesado cumpleaños y festejos como el Día de las Madres, cosas que para la mayoría son sinónimo de reuniones, regalos y abrazos. Sin embargo, este año todo eso se ha convertido en videollamada a lo mucho. Decir “te quiero” a través de una pantalla, un audio o un mensaje de texto, ahora son también los mecanismos usados por los que viven en la misma ciudad.

Justo así nos sucedió. A media videollamada con una de nuestras familias, alguien dijo “odio no poder abrazarte hoy mamá” a lo que nosotros respondimos “eso que estás sintiendo, nosotros lo vivimos en cada celebración”.

No es algo que se presuma o que se le desee a nadie, simplemente es algo que pasa y a lo que desafortunadamente nos acabamos acostumbrando conforme pasa el tiempo. De cualquier forma, agradecemos que este distanciamiento físico forzado esté sucediendo cuando ya hay plataformas super útiles para podernos comunicar por video con más de una persona a la vez y que ahora también los que viven “juntos” se estén acostumbrando a ellas.

Tal vez de ahora en adelante, nos incluyan más en las reuniones. Aunque nunca nada suplirá el estar juntos físicamente, si me dicen “¿qué onda los conectamos por Zoom?”… ¡En automático nos tienen prendiendo la computadora!